Aunque es conocido como el Puente de Triana su nombre oficial es el Puente de Isabel II. El nombre de Puente de Triana tiene que ver con su ubicación, ya que une el centro de la ciudad con el popular barrio de Triana.
Fue inaugurado en el año 1852 y los responsables del proyecto fueron los ingenieros franceses Bernadet y Steinacher que se inspiraron en el puente parisino del Carrousel, actualmente desaparecido. Se construyó para sustituir a otro más antiguo de la época árabe que ya cruzaba el río en esa zona y fue el primer puente fijo sobre el Guadalquivir. Actualmente es el puente de hierro más antiguo de toda España que se conserva en uso.
Tiene un total de tres arcos, con 43,464 m de luz cada uno y está apoyado en los restos arqueológicos del antiguo Castillo de San Jorge. Desde el año 1976 ostenta la consideración de Monumento Histórico Nacional.
Es uno de los puentes más fotografiados de España, sobre todo durante la noche cuando está iluminado, constituyendo uno de los paisajes más característicos de la ciudad de Sevilla y una estampa que nadie quiere perderse cuando visita la capital andaluza.
Un buen plan para el atardecer
Una de las ventajas de la ciudad de Sevilla es la posibilidad de ir andando a todas partes. Su clima agradable facilita el caminar y aunque en verano el calor puede llegar a ser bastante insoportable al caer la noche refresca lo suficiente como para invitar a andar.
Uno de los paseos más agradables que se pueden realizar en Sevilla al caer la tarde es dirigirse desde la Torre del Oro a la Plaza Colón para una vez allí cruzar el Puente de Triana andando y poder disfrutar así de las fantásticas vistas al río Guadalquivir.
A Triana se debe de entrar por la Calle Betis en la que se puede disfrutar de una cerveza o una cena a base de tapas en cualquiera de sus numerosos locales, siempre repletos de turistas y de lugareños. Durante el paseo no pueden faltar las fotos de la ciudad desde ambos lados del puente, tanto para fotografiar las vistas hacia el centro como la entrada al barrio de Triana.
Tras disfrutar de la cena, es el momento de buscar un buen espectáculo flamenco en Sevilla.